A partir de aquí la familia notifica al Ayuntamiento el suceso e intentan darle una explicación. Para ello excavan el subsuelo de su casa pero no hallan nada; únicamente huesos. ¿Por qué huesos? La casa de los Pereira, al parecer, está situada en el emplazamiento de un antiguo cementerio que data del siglo XVIII. Este hecho vino a añadir más misterio a las apariciones de Bélmez. Poco tiempo después un grupo de reputados parapsicólogos con Germán de Argumosa a la cabeza, decide instalarse en el pueblo jienense e investigar el fenómeno de las caras. El equipo graba varias psicofonías dentro de la casa y obtiene resultados escalofriantes pero no determinantes. Se oyen gritos, quejidos, llantos y algunas de las voces que se escuchan gritan cosas como: "Germán, pica, patio, levanta cemento". La presencia de los parapsicólogos y las psicofonías aumentan el morbo y el caso de Bélmez aparece en revistas y diarios a nivel nacional. Otro de los fenómenos que más ha sorprendido al respecto es que durante un período de tres meses, en los que un notario precintó la vivienda para comprobar la veracidad de los hechos, la casa permaneció cerrada bajo vigilancia y se fotografió el suelo por parcelas. Pasado el tiempo de precinto se abrió de nuevo la casa de los Pereira y la sorpresa del notario fue comprobar que no sólo habían aparecido nuevas caras, sino que las que ya estaban se habían perfilado o movido de sitio. También ha habido diversas anécdotas al respecto; quizás la más famosa es la aparición de un rostro muy similar al de Francisco Franco poco antes de su muerte. Ha pasado el tiempo, la inquilina de la casa de las famosas caras falleció y las caras de Bélmez seguiran siendo un misterio...
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