¿Sabéis qué a partir ahora los japoneses y parte de medio mundo podrán dar besos a larga distancia? Sí, como leéis.
Un grupo de universitarios japoneses han inventado un curioso artilujio que se compone de dos pequeñas cajas con unas boquillas de plástico. La persona mueve ésta con la lengua y los labios y la otra boquilla repite el mismo movimiento. El sistema está conectado por un pequeño ordenador.
El movimiento es recordado por el transmisor y está ideado para que en un futuro las parejas que están lejos puedan besarse y que con el paso del tiempo, reproduzca el beso de manera más real.
Los inventores dicen que esto sólo es un prototipo ya que un beso no consiste sólo en un simple movimiento de labios y lengua, sino que interactúan más sensaciones.
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