Al fin los jóvenes españoles se han concienciado de que la situación en la que se encuentra nuestro país es desastrosa y se han echado a la calle, después de tanto escuchar que cada vez los jóvenes se interesan menos por la política y la desconfianza hacia los dirigentes políticos va aumentando más y más.
Estoy de acuerdo con estos movimientos, así demostramos a las personas mayores que también los jóvenes nos preocupamos por nuestro futuro y por el futuro de nuestro país. Así, demostramos que no todos los jóvenes van de botellona en botellona, que no todos vivimos sin estudiar ni trabajar, que hay chavales que están concienciados y que están luchando por sacarse unos estudios y ser alguien el día de mañana.
Sinceramente, espero que todo esto sirva de algo, que los peces gordos trabajen un poquito por cambiar la situación, que para eso cobran, en definitiva, que todos los esfuerzos de materialicen en algo bueno.
Pero por supuesto, no todo es color de rosa. También tengo que criticar a estos jóvenes, que se han reunido en ciudades como Granada, y han ocasionado destrozos y episodios de violencia en los que ha participado la policía. ¿Qué consiguen con eso? Solo, que no se tomen en serio sus propuestas por reaccionar de forma violenta.
Otra cosa, es que deberían de ponerse de acuerdo, porque he podido ver como muchos de los manifestantes no contestaban con claridad cuando se les preguntaba por sus propuestas y por qué estaban allí. Si quieren un cambio, primero deberían aclarar lo que eso podría significar.
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