Otra vez nos encontramos en esa bonita época: los exámenes. Podría hablar de lo mal puestos que están, de lo poco organizado que están los apuntes, de la angustia, de pasarse horas sentado en una silla delante de unos folios que ni miras, etc. Pero no, voy a hablar de otra cara de los exámenes.
Es curioso, pero podemos pasarnos meses sin limpiar nuestro cuarto (con la consiguiente bronca de tu madre) y no pasa nada. Pero en estas fechas hay que ordenarlo todo, hasta 4 o 5 veces al día (lo que sea para no coger los apuntes). También podríamos comer cualquier cosa, pero no, nos ponemos cocinar (el tiempo cocinando es menos tiempo estudiando). Te acuerdas de que hace meses que no quedas para tomar café con tu amigo Juanito (vaya, ahora no puedes estudiar porque tienes que quedar con él). Como solo tienes siete, tienes que ir a comprar un subrayador, porque no puedes subrayar con el de otro color. Y así multitud de cosas.
Pero bueno, que se le va a hacer. Pasadas las perdidas de tiempo pertinente, a dos días del exámen y sin nada visto aún, decides que te tienes que poner ya enserio, que total, sólo son 800 folios y tienes dos días enteros. Pero entonces te das cuenta que a este paso te habrás sacado la carrera de criptografía, porque cada vez que fotocopias apuntes de alguien tiene una letra ilegible, escribe hasta el borde del folio (y eso no sale en las fotocopias que has hecho), los ejemplos los hace a lápiz y no se ven en las fotocopias, etc; además, después de varios días haciendo "tantas cosas imprescindibles" ya no te da tiempo de pasarlos a limpio, así que a descifrar se ha dicho.
Pero con esto y todo, ahí seguimos, haciéndonos responsables en épocas de exámenes, dejándonos los ojos durante horas para memorizar unos temarios que no entienden ni los profesores, para intentar aprobar, sacar una carrera y ser "gente de provecho" o lo que se suponga que seamos cuando tengamos una carrera bajo el brazo.
Así que ánimo para los que estáis de exámenes y doble ánimo para los que tengáis que estudiar por apuntes fotocopiados. Y recordad, ¡las chuletas se notan mucho!
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