Tom Kaulitz sufre por sobredosis de viagra. Al hermano gemelo del cantante de pelo leonado de Tokio Hotel (el Bill este), que por cierto, también toca en el grupo (o por lo menos hace bulto, nunca mejor dicho...), le ha dado un chungo por un exceso de ignorancia. Parece ser que en Taiwán, en su gira por Asia, el muchachote tomó las pastillitas milagrosas cuando iba a celebrar una fiesta con varias admiradoras en un hotel de la capital taiwanesa. Tom declaró que un vendedor le convenció en un mercadillo nocturno para que comprara las píldoras azules, tomándose una al instante. De vuelta al hotel, en compañía femenina, "me tomé dos", confiesa el inconsciente.
"Seguramente fueron demasiadas" (ni está del todo seguro...) "Al día siguiente tenía la cabeza como un bombo y la visión borrosa" relató Tom, que se resintió durante dos días de los efectos de los caramelitos de la felicidad. La suerte es que eso que se llevó a la boca tres veces fuera realmente viagra, y no algo peor que le podría haber dado perfectamente aquel vendedordelmercadillonocturnoextrañoymisterioso (bueno, eso de suerte, depende de para quién, tú sabes...podría haberle dado algún fármaco que aunquenoexista le paralizara los dedos y le impidiera tocar en el grupo de por vida, o algo así. Pero no, eso no ha pasado, cruda realidad...). Al final el hermano Bill, que es un cachondo, le recrimina a éste el haberse tomado las pastillas, afirmando que "no le hace falta tomar esas porquerías. Se pasa el día de todos modos permanentemente excitado" (cual babuino sin hembra en una monótona tarde lluviosa).
En fin, al final el susto sólo quedó en eso, un susto, y ya el Kaulitz que no canta (el otro sólo lo intenta) pudo seguir tocando ferpectamente sin problemas en su yadeporsíantesdequesucedieratalcosa impotente grupo.
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