Hace una semana exactamente mi incontinencia lacrimal hizo su aparición en la última clase de francés.
(¿qué le hago yo, dime, si en fondo soy una especie de tierna?)
Fíjate, en la ultima clase de francés, después de ver Amelie.Me entró la pena de los seis años aquí a mis canijas espaldas, me entró por la conciencia que estabamos grabando las últimas escenas.
Y es que me cuesta asumir que esto termine ya. Esto, todo esto.
En serio, no hay más clases ni nadie más.
Imagino cómo estaréis pensando "que tia mah tontah" .
Sí, viene el verano y se acaban los exámenes y las horas desganadas, pero también concluye el roce de tu gente.
Gente que has aprendido a querer con ahínco por la fuerza de su prensencia, porque son muchos días viendo las mismas caras y en vez de hartarme, sonrío con mi nervioso cariño al verlas entrar por la mismas puertas.
Me estoy poniendo empalagosa...está curioso. Así son las despedidas.
Todo un año esperando el final, porque me voy de mi casa, que me voy de mi casa (utópica independencia pero partida real), y cuando aparece me encuentra asustada y cogiendo la mano de esta vida de aquí.
Porque me voy de mi casa, irá terminando Dos Hermanas, y el cuerpo se me irá incrustando cada vez más en Sevilla, o en esa otra ciudad.
Por eso este final esta completo y triste. Completo porque una etapa; mi primer capítulo, queda bien cerrado y empieza otro episodio que ansío con la garganta llena de miedo y ganas.
Y triste porque soy la niña de losechodemenos.
A los que no váis a leer esto, a los que con gusto me han leído, a tí que no quiero que lo leas, a los que me han hecho aprender y disfrutar con su mente o su persona, a todo aquel que sabe que le quierro un chorro y a un grupo largo de situaciones infinitas: hasta luego.
Esto ha sido un placer, camaradas, nos vemos pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario