Ayer empecé a sentir un cariño inusitado hacia el instituto. Hace poco más de un año, antes de entrar en el Gonzalo Nazareno era una persona completamente diferente. Y creo que no soy la única que ha evolucionado tanto. No estoy hablando del crecimiento físico, ni siquiera de la evolución psicológica normal de cada persona en una edad como la nuestra, en la adolescencia. Estoy hablando de que realmente este instituto nos ha cambiado.
Me encanta descubrirme a mi misma pensando sinceramente que tal o cual best-seller o superproducción cinematográfica no me gusta nada, cuando, en realidad, empezaron encantándome. Aquí, por fin, he empezado a impermeabilizarme de la publicidad para masas.
También en el ámbito ideológico; por mucho que nos empeñemos, el entorno influye sobre nuestro subconsciente moldeando nuestros pensamientos, aunque creamos haber sido nosotros mismos los que los hemos creado. Por tanto, recibir influencia de unas ideas radicalmente opuestas hace que, finalmente, sea una misma la que piense de verdad.
Ver el mundo desde perspectivas diferentes, darse cuenta de que lo que es para mí la realidad es solo una abstracción para millones de personas en otras partes del mundo.
Me alegro de tener una mente medianamente abierta y me apenan las personas que solo ven aquello en lo que han nacido. Me alegro de haber conocido a gente que recuerda el sentido de la educación y no la convierten en mera burocracia.
wau valme. me ha encantado
ResponderEliminartodos estamos cambiando mucho... hemos hecho un grupo unido, diferente y fuerte.
te quiero un monto´´n, que lo sepas.