En esta semana que en el mundo del fútbol no se habla de otra cosa de la expulsión de Cristiano Ronaldo, la atípica celebración de Materazzi al ganar el derbi milanés, o la lesión de Felipe Luis, más cosas han ocurrido y seguro que pueden ser incluso más impactantes.
En la liga albana de fútbol, el pasado fin de semana ocurrió un extraño episodio que ha causado mucha polémica en el país (como para no causarla).
Se enfrentaban el Flamurtari y el Besa, en la ciudad costera de Vlora. El resultado era de 1-0 favorable al Flamaurtari, que ocupa la penúltima posición de la liga, y que con ese resultado lograba no bajar de categoría, mientras que al Besa, que está en la segunda plaza, se le desvanecían las esperanzas de llevarse el título de campeón. Y cuando restaban dos minutos para la conclusión del primer periodo, un tiro a puerta de un futbolista del Besa fue cortado con la mano por un futbolista de Flamaurtari. Aún así, el árbitro, Remzi Sadiku, señalo saque de esquina, decisión que provocó la ira y la protesta del equipo perjudicado. Tras consultar el árbitro con su asistente, este acabo por rectificar su decisión y señaló penalti a favor del equipo visitante. Esta segunda decisión provocó las protestas de los futbolistas adversarios, que estaban siendo respaldados por el presidente del club, el alcalde de la ciudad de Vlora y el director del equipo, que entraron en el terreno de juego. Tras diez minutos de discusión, especialmente entre el árbitro y el alcalde, el primero optó por otro cambio de decisión, anulando el penalti y volviendo a pitar córner. En ese momento, los futbolistas de Besa abandonaron el campo antes de que finalizara el primer tiempo, y la segunda parte estuvo marcada por la tensión y el caos.
"Lo que sucedió en los últimos minutos de la primera parte del partido era realmente ridículo y vergonzoso", declaró el entrenador de Besa, Shpetim Duro, después del partido.
El resultado final fue de 1-0 con el tempranero gol de Shehaj.
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